El Presidente Macri escribi贸 en exclusiva para el diario que dirige Gustavo Ick en Santiago del Estero


Una tarea impostergable
Por Mauricio Macri
Presidente de la Naci贸n

Pilotean aviones, apagan incendios, ense帽an y aprenden, construyen, dise帽an, proponen leyes, dirigen orquestas, combaten el narcotr谩fico, crean vacunas, gobiernan, lideran, emprenden, salvan vidas. Y a ellas todo les cuesta el doble porque se las mide con una vara m谩s alta. No es justo que ganen menos. No es justo que caminen por la calle con miedo. No es justo que s贸lo ellas tengan que ocuparse de las tareas del hogar o de la crianza de los hijos, ni que les cueste m谩s llegar a determinados lugares.

Hoy el mundo entero atraviesa una revoluci贸n, y la recibimos con los brazos abiertos: ya era hora de que nos uni茅ramos para que todos, mujeres y hombres, tengamos las mismas oportunidades a la hora de desarrollar un proyecto de vida.

En nuestro pa铆s, todav铆a hay m谩s mujeres desempleadas que hombres en esa situaci贸n. Tambi茅n son m谩s las que tienen un empleo informal y las que dedican el doble de tiempo a trabajos no remunerados, lo que limita sus posibilidades de acceder a un trabajo que sea fuente de esperanza y futuro. Las mujeres est谩n menos representadas en los espacios de decisi贸n y a煤n existe la idea de que hay trabajos que son 鈥渕谩s para varones que para mujeres鈥, un pensamiento equivocado y antiguo.

Por todo esto, necesitamos avanzar hacia un profundo cambio cultural. Y tenemos que hacerlo juntos. Cada mujer que por falta de oportunidades no logra alcanzar su potencial, es una p茅rdida para todos: nos perdemos su talento, su capacidad, su visi贸n, su creatividad y la oportunidad de ser un pa铆s m谩s justo, plural e igualitario. Esa es la Argentina que queremos, ese es el pa铆s que me compromet铆 a construir junto a cada uno de ustedes.

Para hacerlo, era necesario pasar de los discursos a los hechos e impulsar pol铆ticas concretas que nos permitieran avanzar hacia la igualdad. As铆 lo entendimos desde el primer d铆a y, a meses de asumir, pusimos en marcha el Plan de Primera Infancia, que les da a las mam谩s la oportunidad de salir a trabajar o a estudiar sabiendo que sus hijos est谩n en buenas manos. Tambi茅n impulsamos el Plan Nacional de Prevenci贸n del Embarazo no Intencional en la Adolescencia, para que j贸venes de todo el pa铆s reciban educaci贸n sexual y tengan acceso a m茅todos anticonceptivos para poder elegir c贸mo y cu谩ndo ser padres, si desean serlo.

En marzo enviamos al Congreso un proyecto de Ley de Equidad de g茅nero e igualdad de oportunidades en el trabajo, que promueve, entre otros temas, la ampliaci贸n de licencias por fertilizaci贸n asistida, por adopci贸n y por paternidad, fundamental para avanzar hacia una crianza realmente compartida.

Y esta semana no solo se reglament贸 la Ley Brisa, que repara econ贸micamente a los hijos de v铆ctimas de femicidio, sino que tambi茅n estuve en el W20, el grupo de afinidad del G20 que impulsa el desarrollo econ贸mico de la mujer en todo el mundo.
Trabajar sobre cada uno de estos temas es ir a la ra铆z de una de las injusticias m谩s urgentes y dolorosas: la violencia de g茅nero. Porque una mujer informada y empoderada, una mujer que tiene herramientas, es mucho m谩s fuerte y aut贸noma, y tiene m谩s posibilidades a la hora de salir de una situaci贸n peligrosa.
Hace m谩s de dos a帽os pusimos en marcha el Plan de Acci贸n para la Prevenci贸n, Asistencia y Erradicaci贸n de la violencia contra las Mujeres, un programa con el que acompa帽amos a las mujeres que no pueden esperar. Ampliamos la capacidad de atenci贸n de la l铆nea 144, abrimos m谩s hogares y, entre otras cosas, implementamos el Sistema Nacional de Estad铆sticas sobre Violencia contra las Mujeres. Porque, en nuestro pa铆s, tambi茅n sobre este tema faltaban estad铆sticas; tambi茅n sobre este tema se ocultaba la verdad.

Pero adem谩s de ocuparnos de la urgencia, necesitamos atacar el problema de ra铆z y evitar la violencia en el futuro. Eso empieza en casa, con la educaci贸n que le damos a nuestros hijos, anim谩ndonos a cuestionar lo que parece obvio por el s贸lo hecho de que siempre fue as铆. Estamos viviendo un cambio profundo y cada uno de nosotros tiene la oportunidad de hacer su parte para nunca m谩s caer en los prejuicios, para nunca m谩s crear desigualdad, para nunca m谩s tener que lamentar una v铆ctima de violencia de g茅nero.

La buena noticia es que, en la Argentina y en el mundo, estos prejuicios son cada vez m谩s rechazados. Lo veo en mis hijos y en los j贸venes que trabajan en los equipos de gobierno, que nos ayudan a los m谩s grandes a entender que todo est谩 cambiando, que los estereotipos no s贸lo nos limitan, sino que tambi茅n nos hacen da帽o.
Pasamos de un mundo que limitaba a las mujeres a un pu帽ado de puestos mal pagos a mujeres l铆deres en todos los sectores, desde los deportes hasta la ciencia, desde el arte hasta la Corte Suprema, en el sector privado y en el p煤blico. Avanzamos mucho, pero todav铆a falta mucho m谩s.

Estamos frente a la oportunidad de escribir una nueva p谩gina, de dar un salto hacia el futuro y de iniciar juntos un cambio de 茅poca. Depende de cada uno de nosotros avanzar en esta tarea impostergable. Hoy est谩 claro que la 煤nica manera de alcanzar un desarrollo realmente inclusivo es eliminando las disparidades, todas las disparidades: las basadas en g茅nero, las laborales, las digitales y las financieras. Ya es hora.

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